29 octubre 2010

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Terrible tentación. Odiosa, y a la vez tan dulce y alarmantemente satisfacctoria.
Peligrosa, y eso es lo que la hace tan absolutamente adorable. La sensación de estar flotando cuando te dedica un mero gesto, aunque sabes que para él no significa lo mismo que para ti.
Para ti, para ti significan horas y horas de repaso de cada arruga que formaste al dedicarme aquella sonrisa de buenos días. Son horas de repaso por si te has dejado algo importante de aquel momento y es necesario que recuerdes. Son horas en blanco dejando la mente sobrevolar por lo que podría significar para él aquella sonrisa que en tan mala hora te dedicó.
Sí, es odiosa. Y a la vez, es lo único que te sigue dando fuerzas para recoger tus pedazos desperdigados por tu alfombra.
Oh, dulce tentación.
Regálame otra sonrisa.

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