25 noviembre 2010

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Te levantas con ganas de comerte el mundo. Ese día estás segura de que todo va a salir genial. Estás segura de que vas a acabar exitosa todas las metas que te propongas por cumplir. Es una sensación tan difícil de explicar. Se siente muy pocas veces, y es tan gratificante.
Por fin tienes seguridad, por fin te sientes capaz de abrir tu corazón al mundo.
Acaba el día, y solo has conseguido una cosa. Pero esa cosa sustituye a todo lo demás, te da igual a ver fracasado en lo demás. Porque por fin te has querido tal y como eres. Por fin, has conseguido ser feliz.

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