Perdoné errores casi imperdonables, traté de sustituir personas insustituibles y olvidar a aquellas inolvidables. Fui impulsiva, demasiado tímida, me enorgullecí. Seguramente decepcioné, pero también me decepcionaron. Quise, quise mucho, también fui querida, pero muchas veces no supe querer. Hice enemigos, me convertí en enemigo. Hice amigos eternos, fui eterna amiga. Protegí y me protegieron. Juré en vano, mentí. Dije la verdad y solo la verdad, a veces la adorné, distorsioné o simplemente la tapé. Llore y reí a la vez, en contados momentos, con pocas películas y determinadas canciones. Me enamoré de esos ojos, de aquella sonrisa y de aquel tipo. Llamé solo para escuchar esa voz. Tuve miedo y angustia, por nostalgia, por perder o por el simple futuro.
Pero... Aun queda mucho tiempo para arrepentirse.
Pero... Aun queda mucho tiempo para arrepentirse.
Oh, madre mía. Esta entrada me ha encantado, en serio. Escribes genial, y lo que dice tiene muchísima razón. Me gusta tu blog, te sigo. Espero que te pases tú también por el mío <3:
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